LA REALIDAD OCULTA

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SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

domingo, 15 de mayo de 2011

LA ENIGMÁTICA MANSIÓN WINCHESTER

Foto: http://www.planetagadget.com/
JOSÉ MARÍA IBÁÑEZ

Sarah Lockwood Pardee nace a mediados de 1830 en Connecticut (EEUU). El 30 de septiembre de 1862, contrae matrimonio con Wilson Wirt Winchester, único heredero de Oliver Winchester: fundador de la Winchester Arms Company.
Pero, en demasiadas ocasiones el destino es cruel. Cuando la vida de la pareja se sucede de forma envidiable - un matrimonio muy bien avenido, una fortuna consolidada; en definitiva, un futuro que se antoja brillante -, Sarah recibe dos golpes de los que nunca llegará a recuperarse: la muerte de su hija Annie (1866), a las dos semanas de nacer, y la de su marido William (1881), a causa de la tuberculosis.

LA MALDICIÓN
Sarah Winchester (Foto: Winchester Mistery House)
Desequilibrada e incapaz de encontrar alguna explicación lógica sobre la atroz e injusta desaparición de sus seres más queridos, Sarah, creyó verse perseguida por espíritus malignos. Convencida de que una horrible maldición se había cernido sobre su familia, viaja a Bostón y contacta con una reputada médium. Esta le dice que, efectivamente, pesaba sobre la familia una maldición y que su fortuna acabaría siendo perseguida por los espíritus de todos aquellos que habían caído, víctimas de los rifles fabricados por su familia. La médium le aconsejó: "Si les construyes una casa especial para ellos, estarás a salvo mientras duren las obras. En caso contrario, nunca te dejarán en paz".


Tras la muerte de su marido, Sarah se convierte en la propietaria del 50% de la Compañía Winchester; heredando una renta mensual bastante alta. En 1884, se muda a California: adquiriendo una granja de ocho habitaciones rodeada de una buena extensión de terreno. Desde aquel instante, y hasta el fin de sus días, Sarah vivió obsesionada con la reconstrucción de su nueva casa. Durante las veinticuatro horas del día, los trescientos sesenta y cinco días del año, los obreros construyeron, derribaron y volvieron a construir. Y es que, según Jeremy Blake, autor de la trilogía en vídeo Winchester, "... durante treinta y seis años siguió construyendo frenéticamente: ampliando, modificando, demoliendo, reconstruyendo, una sección de la casa tras otra. Se agregaron salas en hilera que se convertían en otras nuevas, se juntaban puertas con ventanas, se levantaban torres y plantas hasta llegar a siete pisos. Tres ascensores, cuarenta y siete chimeneas y trece invernaderos: cada uno con su cúpula... (...) Todas las escaleras contaban con trece peldaños, aunque la mayoría no conducía a ninguna parte. Algunos armarios se abrían sobre paredes desnudas y determinadas puertas sobre el vacío".

OBSESIÓN POR EL NÚMERO 13
Otro hecho curioso es la notable obsesión de la viuda Winchester por el número 13. La mansión tiene 13 baños (al último de ellos y más grande se accede a través de 13 escalones y tiene 13 ventanas), las rejillas de los desagües tienen 13 agujeros; las ventanas se hallan compuestas por 13 paneles; el pavimento de la ventana se divide en 13 sectores; el armario de la habitación de Sarah tiene 13 colgantes (donde guardaba, al parecer, los 13 vestidos que usaba en las distintas sesiones de espiritismo a las que asistía). La lista es interminable: 13 cúpulas de cristal; escaleras de 13 peldaños y, para crear más expectación, si cabe, hasta su propio testamento consta de 13 apartados y fue modificado y firmado en 13 ocasiones.

LA MUERTE DE LA VIUDA WINCHESTER
Las desenfrenadas obras cesaron el mismo día de la muerte de Sarah Winchester, el 5 de septiembre de 1922, cuando ella contaba con 83 años. En aquel momento, la Winchester Mistery House, se quedó definitivamente establecida con sus cuatro plantas de altura, 120 habitaciones, 40 dormitorios, 2 sótanos, 467 puertas, 40 escaleras, 17 chimeneas... A la muerte de Sarah, la mansión pasó a manos de su sobrina Marian Merriman Marriot (curiosamente la letra M es la número 13 del alfabeto). A principios de los años setenta, la mansión fue subastada. Actualmente, Winchester Mistery House es un museo donde los visitantes pueden explorar sus misteriosos laberintos y, quien sabe, sentir alguna de sus extrañas presencias.

ALGUNOS FENÓMENOS EXTRAÑOS
Las visitas a la mansión solo pueden realizarse acompañados por alguno de los guías. Algunas personas curiosas en busca de aventuras que se separaron del grupo y acabaron perdiéndose en su interior, cuentan haber vivido experiencias paranormales de la más variada temática. Unos hablan de un incesante sonido de martillos: como si las obras siguieran en marcha. Otros, que algunas puertas se abren y se cierran como por arte de magia. Por otro lado, al margen de notar presencias extrañas a su alrededor, algunas personas sensitivas, han escuchado, en algunos rincones de la casa: extraños murmullos que se van perdiendo a medida que se acercan al lugar. Según el diario La Nación (16 de julio de 2006): "Todos los viernes 13 y la noche de Halloween se realizan visitas nocturnas a la luz de las linternas".

LAS MISTERIOSAS MUERTES DE JEREMY BLAKE
Y THERESA DUNCAN

Teresa Duncan y Jeremy Blake (Foto: blogacine.com)

Jeremy Blake, uno de los artistas con más proyección en el campo del arte contemporáneo, falleció el 22 de julio de 2007 en la playa de Rockaway, en el barrio de Queens (Nueva York). La versión oficial indica que se debió a un suicidio. Uno de sus mejores trabajos fue la trilogía en vídeo Winchester, en la que documentaba de forma magistral la Winchester Mistery House.
Pocos días antes de morir ahogado, el 10 de julio, la esposa de Jeremy, Theresa Duncan, aparecía muerta en el apartamento que ambos compartían en el East Village. 


La versión oficial indica que también fue suicidio. O, tal vez, la muerte del matrimonio Blake forma parte de la maldición de la Mansión Winchester.






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